diciembre 17, 2005

Días Bochornosos

O los Pingüinos tocan Bocina

Casi siempre, cuando hay días de calor en el verano, los comentarios de los diarios y noticieros de TV dicen “fue un día de calor bochornoso, sofocante.” Hasta ahora no hemos tenido, por suerte ninguno de esos días sofocantes en Córdoba, pero sí señores, hemos tenido días bochornosos en Argentina.

Por desgracia (que ya se está haciendo demasiado larga), la Argentina Año Verde que todos anhelamos se ha pasado de rosca y quedó en Argentina Año Rojo. Veremos como hay que hacer para salir del pantano.

Como todos (o casi, casi todos) estaremos de acuerdo, el obsceno espectáculo ofrecido por nuestros siempre sorprendentes legisladores nacionales ha marcado récords de oprobio en las páginas de nuestra historia. Después de días de idas y venidas del “ex de todas partes” (ex canciller, ex candidato perdidoso, ex diputado electo, luego ex renunciante, ex embajador fallido, luego renunciante, y nuevamente diputado –todo en el breve lapso de algunos días), no se me ocurre nada que no vaya a caerle muy mal y, pobre, ya lo han cacheteado bastante, sólo le recomendaría que se afeite esas patillas Menemistas tan blancas que le dan un aspecto de “cachetudo”.

Luego qué? El plato gordo del oprobio a la democracia (si es que alguna vez existió esa cosa extraña, algo invisible, en las Pampas plagadas de ombúes) lo proporcionó el impresentable diputado Bocinasso. ¿Qué se puede decir después del innombrable atropello a la razón; qué cambalache ideológico tendrá en el marote; qué tipo de memoria le queda, o qué grado de dureza Brinner tiene en el cutis?

Demostró que su preocupación por la voluntad democrática del Pueblo es totalmente inexistente, y que como todo buen fascista y totalitario (y encima demagogo) piensa que rara vez el Pueblo tiene razón, y que por suerte están los Enviados de los Dioses para enmendar las brutalidades cometidas por la gente cuando se las obliga a votar –pero votaron, por más que hubiesen preferido quedarse comiendo un asadito. Se olvida Bocinasso que el voto quiere decir: “esto es lo que nosotros queremos, y sería bueno que algún día nos hicieran caso.”

Qué vá! Bocinasso sabe más que todos ustedes juntos, mis ingenuos amigos de Argentina que creyeron que la voluntad del Pueblo se expresa a través de las urnas. Desde ya sabemos que, de hoy en adelante, el Pueblo no opina ni debe hacerlo (porque se equivoca, Bocinasso dixit) sino que la opinión y las decisiones están reservadas a los “señores” Diputados y Senadores, Enviados de Dios con precisas instrucciones de demostrar a sus “Representados” que no son sus “Representantes” sino sus Estafadores.

Los argentinos debimos contemplar atónitos, y sufrir el espectáculo de un ex delincuente subversivo, indultado (pero con indulto de privilegio, no anulado como a otros) hablando de derechos humanos como si estuviese libre de toda culpa y habilitado para arrojar la primera piedra. Qué desfachatez! Aún tengo en la memoria (y en algunas grabaciones y recortes de noticias) de cuando este Bocinasso se jactaba de haber sido “ellos” (dijo “nosotros”), los que mataron a Ruchi, pero que en realidad tendrían que haber matado a López Rega; lo hemos visto hacer la apología del crimen organizado jactándose de su condición de ex Montonero, banda de delincuentes armados fuera de la Ley. Nos ha quedado muy claro que para los Montoneros la Constitución es un rollo de Higienol –for Export.

Si mi memoria no me falla, quienes se organizan en bandas armadas y se levantan contra gobiernos constitucionales son considerados “delincuentes” –más tarde se les añadió lo de “subversivos”. Esta banda de delincuentes autodenominada Montoneros –muchos de cuyos integrantes hoy se sientan en puestos expectables en el gobierno argentino, no sólo secuestraron y ejecutaron (asesinaron) a un pobre anciano indefenso llamado Pedro E. Aramburu, a quien le quitaron la vida de un tiro en la nuca, gatillo que apretó primero un malhechor llamado Mario Firmenich –hoy indultado con esos indultos privilegiados e irreversibles- y después por un más tarde Diputado por Neuquén, de apelativo Fernando Vaca Narvaja. Asesinos en las Cámaras. Argentina Año Rojo...

No les bastó esa saña y esa crueldad, sino que más tarde, sus socios en la delincuencia organizada, los ERP (suena a eructo, ya sé) batieron récords de horror con el cautiverio y tortura inacabable del Tte. Coronel Larrabure, y la ejecución de cientos de atentados terroristas que costaron vidas humanas inocentes.

Y Bocinasso tiene la descomunal desfachatez de pontificar y rasgarse las vestiduras defendiendo los Derechos Humanos –los mismos Derechos que ellos les negaron a los que asesinaron, y les negaron también a los habitantes de la Nación, a quienes mantuvieron aterrorizados durante años de horror. Porque los terroristas promueven y diseminan el terror, no? Y eso está previsto en nuestra Constitución y castigado por las leyes de la Nación. Pero hoy tenemos una Constitución Higienol.

Entonces, ¿a qué estamos jugando? ¿No hay tribunales ni fiscales que actúen de oficio y saquen a los delincuentes subversivos de sus puestos en gabinetes, ministerios, cancillerías, Cámaras legislativas, y más arriba aún, y les lleven a enfrentar el juicio que explicitan nuestras leyes? ¿O será que las leyes, como las de la Rebelión en la Granja, son leyes “diodos” que funcionan en un sentido pero que no dejan pasar nada en el otro? O quizás el asunto es : ¿quién le pone hoy al cascabel al gato?

¿Será que hemos llegado al punto en el que en Argentina, “todos los ciudadanos son iguales ante la Ley –pero hay algunos que son más iguales que los demás? Como se reiría Orwell! Creo que debe estar dando vueltas mortales para atrás en su tumba.

Si amigos, Días de Bochorno estamos viviendo. Quizás pagar de un solo saque la deuda con el FMI sirva para que la gente se distraiga un poco, se olviden de todo, se olviden de que la Deuda ha sido socializada (como lo hizo Cavallo hace tiempo, no?), es decir la pagamos entre todos, y festeje el Pueblo el único aparente acierto –hasta la fecha, del gobierno de los Argentinos. Y después -¿qué?