mayo 27, 2007

El Síndrome del Labio Verde

Consideremos la física de la democracia. La primera ley de la democracia es que “cada chirrido obtiene algo de grasa.” Cuando el gozne de una puerta chilla, un poco de aceite evita más ruidos molestos. La segunda ley es que cuando una demanda de acción se enfrenta con una respuesta de igual intensidad pero diferente sentido entones no se toma ninguna acción. El sistema permanece en un eterno status quo burocrático. Esto conduce a un comportamiento del sistema que es descrito por La Ley del Aire Caliente.

La Ley del Aire Caliente es enuncia así:

PV = nTR

Donde P = presión, V = volumen o intensidad del sonido, n = cantidad de gritones, y TR = Temperatura Retórica.

TR se mide en la escala Tremendista, que varía desde (1) “lindo -pero no necesariamente,” hasta (10) “catástrofe inminente”.

En el asunto del cambio climático “n” ha sido bastante constante pero TR se ha trepado a un cohete espacial rumbo a Júpiter. Tanto P como V aumentaron como resultado de ello, pero a causa de la Segunda Ley no se ha tomado ninguna acción verdadera al respecto. Sólo algunos negocios colaterales como el mercado de los bonos de carbono. Pero cuando hay río revuelto siempre hay pescadores que salen ganando.

De hecho, la relación acción/TR permanece siendo casi igual a cero porque en la ciencia del clima no se ha llegado a ningún consenso. No hay tal cosa como ciencia “establecida.” Por el contrario, la relación Retórica/acción se está acercando a infinito.

Como resultado se ha producido un espectacular aumento del Síndrome del Labio Verde o SLV. Este síndrome se caracteriza por los repetidos gestos de los políticos en dirección a una acción sobre el clima mientras que nadie hace nada. Una de las formas más comunes del SLV involucra establecer ambiciosas metas a fechas distantes –mientras se ejerce el poder político en tiempo real.

En este caso, la física de la democracia está gobernada por la física de la realidad. La Gran Ola Verde está quebrando sobre el inextinguible fuego de la civilización. Los gritos verdes son ensordecedores –pero la física hace mucho que es sorda.

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